viernes, 9 de julio de 2010

Pinocho Rivera



Tuesday, 06 July 2010 23:22 Varela
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Por Varela

En nuestro potaje político el republicano es serio, siempre dice la verdad, va los domingos a la iglesia, viste de traje, se casa, tiene hijos y los hijos lo heredan.

Los herederos son pulcros y saludables, sin desviaciones sexuales (y en caso de tenerlas, se desheredan y se les cambia el nombre).

En sus agendas el aborto es malo, los homosexuales son enfermos, los inmigrantes son borrachos y el gobierno de Cuba es infernal.

Sus discursos siempre prometen crear leyes contra ese gobierno comunista caribeño y proceden a pasar el cepillo del diezmo político para liquidar a los hermanos Castro.

Entonces el cielo se nos viene encima cuando descubrimos que nuestros derechistas perfectos tienen dos caras como el famoso cuento de Stevenson, Dr. Jekyll and Mr. Hyde.

Aceptamos que además de su vocación por nuestro bienestar comunitario, ellos metan la mano en el erario público y por debajo de la falda de sus secretarias porque eso es de vivos y de machos pero... con lo del anticastrismo no se juega.

La doble moral anticastrista es inaceptable porque convierte a nuestro paladín en un sinvergüenza oportunista que se ha aprovechado de nosotros.

Esto es precisamente nuestro líder republicano David Rivera. Ha negado su relación con el malvado Ariel Pereda.

Pereda es lo que se llama una amistad tabú en Miami, o sea, que hace negocios con Cuba. Es de los amigos que hay que ver en bares oscuros fuera de la ciudad. O en azoteas o callejones. Y ni aceptarle llamadas porque las graban. Mucho menos correos electrónicos porque todo es rescabucheado desde el 11/9.

Pregunto... ¿Pero quién es peor, David o su amiguito?

Pereda dice que ahora apoya a Joe García, un consumado demócrata del área. Aunque antes acepta que recaudó algún dinerito para Rivera (realmente fue presidente de un comité de recaudación de fondos para su amigo). Y no niega conocer a Rivera del mundillo politiquero.

Sin embrago Rivera niega la amistad y casi se puso a ver si recordaba el apellido Pereda cuando le preguntaron por él.

Políticos del patio aseguran que ambos son buenos amigos desde la campaña presidencial de Robert Dole en 1996. Periodistas locales hurgaron y descubrieron videos de Rivera con Pereda y la foto de Pereda entre los amigos favoritos de Rivera en su página de Facebook. Y los bromistas de siempre dicen que Davicito y Arielito fueron junticos al High School, compartían la merienda y le hacían maldades a las cheerleaders en los juegos de fútbol.

Los electores, activistas anticastristas y donantes de campaña son los que han puesto el grito en la estratósfera: "¿Cómo nuestro gran David, el Hombre contra el comercio con Cuba, es amigo de una persona que tiene una firma que asesora a las empresas sobre cómo comerciar con Cuba?"

Pero fue Nietzsche quien con una frase simplificó este drama tiempo atrás: "Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti".
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